MANO TENDIDA PARA SALIR DE LAS ADICCIONES

abril 22, 2019

Fuente: www.laopinioncoruna.es. Gemma Malvido.

La Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga alerta de que cada vez son más jóvenes los consumidores de alcohol y estupefacientes. Empiezan con el cánnabis y pronto se pasan a la cocaína.

A falta de que la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga (Aclad) cierre los datos de su memoria del año pasado, su psicóloga, Mayte Lage, asegura que sigue habiendo mucha droga en la calle y que, cada vez, son más jóvenes las personas que la consumen, no en vano, más de la mitad de los usuarios que acudieron a Aclad el ejercicio pasado eran menores de treinta años,sobre todo, consumidores de cocaína.

Entre los más jóvenes, los que empiezan a experimentar con las drogas, la sustancia que les abre las puertas es el cánnabis, después,pasan a la cocaína y, más tarde, a la heroína porque, aunque no se vean en la ciudad las estampas de los años noventa,sí que hay todavía personas que la consumen.

«A pesar de lo que nos dicen los usuarios de que hay heroína en la calle, para nosotros, los nuevos casos descienden, aunque sí que hay reinicios, es decir, que vuelven por aquí usuarios que ya habían estado por el consumo de esta sustancia», comenta Lage, que es también la coordinadora de la Unidad de Día del centro. Cree que una explicación posible a esta contradicción entre lo que le cuentan sus pacientes y lo que reflejan sus datos es que las personas que consumen heroína todavía no han dado el paso de pedir ayuda en Aclad para dejar este hábito y empezar de nuevo.

Salvador Peña, que está haciendo en Aclad las prácticas del Máster de Psicología General Sanitaria y es también uno de los técnicos del programa municipal Educación na Rúa —que tiene como objetivo la prevención de conductas de riesgo en jóvenes—, asegura que hay plazas de la ciudad en las que se pueden ver grandes grupos de jóvenes, de entre trece y 22años, consumiendo drogas.

Alerta,además de que los jóvenes «pasan antes del cánnabis a la cocaína», por lo que se acelera también la llegada de los problemas que acarrean estos consumos de riesgo, como puede ser el abandono escolar o la exclusión social. Siguiendo las historias que cuentan en primera persona los usuarios que llevan má stiempo en Aclad, se abre un camino por el que transitan casi todos, que les lleva a perder el carné de conducir, a cometer infracciones, incluso delitos, en algunos casos a la cárcel, y a perder el contacto con sus familias y las personas que sufren con cada recaída.

Aclad pone las herramientas para detener el consumo, aunque tiene que contar con la complicidad y las ganas del usuario que, muchas veces, llega de la mano de su familia o por el juzgado, para cumplir alguna pena.

Explica Mayte Lage que, a muchos de ellos, al haber empezado a consumir tan jóvenes hay que enseñarles no solo a lidiar con las abstinencia sino también que hay formas de ocio más allá del alcohol y las drogas, a divertirse sin eso que siempre les ha acompañado.»Muchos no saben que pueden usar los ordenadores de los centros cívicos para conectarse a internet», dice una de las trabajadoras del centro. Aclad, por ejemplo, les lleva a Riazor a ver al Dépor, a jugar al golf y al fútbol en la Liga Social, les enseña a controlar la ira y a sentirse acompañados, a pesar de todo.

Según los datos provisionales de Aclad del año pasado, aproximadamente el 16% de los usuarios que acudieron a las instalaciones eran menores de 18 años, una cifra que va en aumento ya que los consumos son más tempranos y también llega antes la búsqueda de la solución.

El perfil de los usuarios no ha cambiado en los últimos años y el 85% de los pacientes son varones.

 

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