«20 HORAS DE ORDENADOR ME PARECÍAN MEDIA HORA»
El Plan Nacional de Drogas, que se debe aprobar antes de fin de año, incluye por primera vez una estrategia específica para el uso abusivo de las nuevas tecnologías. El 22% de los adolescentes españoles pasa más de 6 horas al día en la red. Las terapias actuales integran a la familia en la recuperación de los menores.
Fuente: AMAYA LARRAÑETA. www.20minutos.es
«Me lo pasaba tan bien que se me iba el día entero sin darme cuenta. Si estaba 20 horas o más frente a la pantalla del ordenador era como si hubieran pasado veinte o treinta minutos». La cara de Daniel, de 17 años, se ilumina al recordar su vida anterior a junio, cuando sus padres —asesorados por el orientador del instituto al que ya nunca acudía— le obligaron a ir a una terapia para atajar su ‘adicción’ a Internet.
«Mi día a día era levantarme. Si acaso, ir al instituto, al baño, dos o tres veces, comer y el resto estar en el ordenador. Acostarme a las tres de la madrugada, si no a las 6 algunos días, después de jugar a videojuegos, escuchar música o ver una peli o una serie. Siempre he sido de estar solo, haciendo lo que quiero, tranquilo y sin que nadie me moleste».
Ahora Daniel no se pasa el día encerrado en su habitación. Tiene limitadas a dos horas su tiempo de esparcimiento frente a una computadora y un móvil sin datos.
Gregorio y Maribel, los padres de Daniel, notaron que algo no iba bien cuando vieron que su hijo faltaba al instituto. «Nosotros no le pedíamos que sacara buenas notas, solo que cumpliera el horario escolar». Pero ni rebajando al máximo las exigencias lograron que asumiera esa mínima obligación. Había días en los que ni entre los dos conseguían sacarle de la cama.
«Intentábamos arrastrarle, pero se vivían en casa situaciones de mucha violencia. No se podía razonar con él. Se nos escapaba de las manos. Solo nos quedaba denunciarlo a la Policía o iniciar unas peleas que no conducían a ningún sitio», reconoce Gregorio.
No puede decirse que no lo intentaran. Fueron muchas las noches en las que apagaban el módem y lo escondían, «por los armarios y hasta en el coche», y se quedaban todos en la casa sin Internet. «Pero él se ponía a buscarlo y siempre lo encontraba y se conectaba cuando dormíamos». Para sus padres, Daniel se transformaba en otra persona completamente distinta por su adicción a los videojuegos.
Dos años estuvieron en pie de guerra con su hijo, hasta que pidieron ayuda a Proyecto Hombre de Sevilla, sede de una de las terapias pioneras en el abordaje de los problemas de comportamiento derivados del uso problemático de las nuevas tecnologías. Como en la mayoría de los casos de adolescentes con los que trata el equipo de Jesús Herrera, Daniel no acudió a Proyecto Hombre voluntariamente. «Vino casi de rehén, secuestrado, porque sus padres le obligaron», confirma Herrera. En estos cinco meses el joven «ha avanzado bastante, aunque le queda trabajo por hacer». Padres e hijo siguen inmersos en un programa de 120 horas de terapias grupales para Daniel, más las intervenciones familiares e individuales, con el objetivo de que el adolescente aprenda a asumir sus responsabilidades, mejore la comunicación y sociabilidad y deje de tener un uso disfuncional de Internet. La mayoría de los expertos consultados coinciden en que todavía no existe evidencia científica que avale la adicción a Internet en semejanza a la adicción otras drogas (alcohol, cannabis o cocaína), pero sí se ha constatado que existe un uso problemático de las nuevas tecnologías.
Entre las consecuencias que acarrea está el fracaso escolar, la ansiedad, la tristeza, la irritabilidad, el aislamiento y problemas de conducta. Una serie de males cada vez más habituales en una sociedad en la que los adolescentes viven realidades digitales a través de móviles, tablets y ordenadores.
El último estudio PISA de la OCDE, elaborado este año, reveló que 7 de cada 10 adolescentes españoles se sienten «realmente mal» si no tienen conexión a Internet (Nomofobia). El informe, que analizó a medio millón de adolescentes de 15 años de 72 países, describía cómo el 91% de los estudiantes cuenta con un móvil conectado a Internet y el 61% se inició en redes antes de cumplir diez años. La inmensa mayoría, 9 de cada 10, admiten que lo pasan bien utilizando dispositivos digitales. De media, en España, los jóvenes están 167 minutos diarios conectados y 215 minutos los fines de semana, ligeramente por encima de la media de la OCDE. Sin embargo, un 22% (uno de cada cinco) afirma pasar más de 6 horas diarias conectado a la red, un grupo al que en el estudio llamaron «usuarios extremos», como Daniel.
A estos jóvenes les cuesta desconectarse, los trastorna. Según el informe, el uso excesivo puede estar relacionado con un menor ejercicio físico, trastornos del sueño y obesidad, además de minar la motivación y la concentración y conducirlos a un mayor aislamiento.
Estrategia Nacional contra el abuso de las tecnologías
Si todo va como según el calendario previsto, el Gobierno de España debe aprobar antes de fin de año una nueva Estrategia Nacional sobre Drogas (2017-2024), documento que, por primera vez, incluye inversiones en programas preventivos y terapéuticos para las adicciones sin sustancia, tal y como se conoce al uso abusivo de las nuevas tecnologías.
En conversación con 20minutos, el director del Plan Nacional de Drogas, Francisco Asís Babín, insiste en que el objetivo es tratar «el uso inadecuado o compulsivo de Internet» y las próximas acciones pactadas con las Comunidades Autónomas «consisten en fomentar un uso adecuado de las tecnologías, porque no podemos hurtar a los adolescentes de los beneficios de las mismas». En este sentido, el Plan valorará las iniciativas que aborden el uso disfuncional de la tecnología incluyendo el ciberacoso.
Las estadísticas más recientes del Ministerio de Sanidad español, de 2014, son ligeramente inferiores a las del retrato de la OCDE. En su caso, revelan que el 18,6% de los chicos y chicas de secundaria (14 a 18 años, ambos inclusive) realizaban ese año un uso compulsivo de Internet.
Asís Babín subraya la importancia de la implicación de los adultos, y de toda la sociedad, en la tarea de controlar los usos abusivos de Internet en plena etapa de desarrollo madurativo de los menores.
Proyecto Hombre es una de las primeras fundaciones privadas en implantar una terapia específica para tratar el uso disfuncional de Internet. Las instituciones públicas también están empezando a abrir dispositivos especiales para lidiar con esta problemática. La Comunidad de Madrid ha anunciado que en enero abrirá un centro especializado para atender a adolescentes adictos a las nuevas tecnologías. Estará dirigido a adolescentes de 12 a 17 años con conductas de uso, abuso o dependencia. También el Ayuntamiento de Barcelona ha creado este otoño el primer grupo de trabajo para determinar su plan de prevención ante estas conductas.
Maribel y Gregorio, los padres de Daniel, ven a su hijo «más dialogante» después de cinco meses en terapia. «Tiene sus momentos, claro, pero está más cariñoso con nosotros. Su actitud es otra, sin las influencias negativas. El cambio ha sido enorme», valora su madre. Aunque llegó a rastras al tratamiento en Proyecto Hombre, el joven se ha convencido de que necesita aprender a respetar unos límites. «Tengo que seguir con los estudios, y salir más de casa», dice. Sin embargo aún no ha superado su dependencia. Si se le pregunta que qué le diría a otros jóvenes que pasan veinte horas seguidas frente al ordenador responde: «Que me dan mucha envidia».
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