De cada 10 adictos a inhalables, tres no sobrevivirán

marzo 22, 2016
​El uso de sustancias disolventes inhalables es el primer lugar entre los niños jóvenes en situación de calle.

Fuente: Gerardo González Acosta. www.cronica.com.mx

De cada 10 adictos a sustancias disolventes inhalables que hay en México, 3 son irrecuperables, no tienen ninguna posibilidad de salir de su encierro psicoemocional y morirán paulatinamente; otros 3 sí tienen alternativas de recuperarse, pero la sensación de libertad que da la calle y la ausencia de su Familia les hará recaer constantemente, y solamente 4 son considerados aptos para volver a ser funcionales en la sociedad.

Por ello, el uso de drogas y en particular las sustancias disolventes inhalables en la ciudad de México es un problema prioritario de salud pública nacional que necesita mayor atención y prevención, pues ocupa el segundo lugar de consumo después de la mariguana y el primer lugar entre los niños jóvenes en situación de calle, informó Francis Zaballa, directora general de Centro Acción AC.
La ruptura de la familia como el núcleo entre un hombre, una mujer e hijos, desarrollándose en un espacio donde hay amor y aprobación, ha fomentado un incremento en los jóvenes que eligen consumir sustancias en un intento por llenar los vacíos que provoca la desintegración familiar, explicó.
Los usuarios de solventes son llamados también “niños de la calle”, o “población en situación de calle”, “niños en situación de calle” o “banda”; son términos que comúnmente se emplean en la literatura para designar a personas que duermen en la vía pública, desempeñan actividades no especializadas como limpiaparabrisas, traga fuegos, o la “vagancia”.
Esta situación afecta principalmente a los adolescentes y jóvenes que inician el consumo desde antes de los 12 años, las mujeres inician el uso de disolventes en mayor proporción que los hombres: 12.6% y 7.7% respectivamente, informó Zaballa.
El núcleo familiar tradicional es substituido por “banda”, que es el grupo social con el cual convive y se droga el adicto, y también les da una contención emocional fundamental para la paz interior de los adictos, al mismo tiempo el “activo” les inhibe las sensaciones de dolor, frío, hambre, miedo, angustia, de soledad y de tristeza. Francis Zaballa dijo que paradójicamente cuando un niño en situación de calle quiere salir adelante y recuperarse “es objeto de amenaza y la alternativa es volver y recaer o irse para no volver, aunque esta sensación de pérdida es tan dolorosa que el adicto opta por permanecer en el encierro de la droga. “Con quienes no han sido asesinados y están tratando de dejar de consumir aparece un conflicto adicional: están tratando de no usar droga, de no vivir en la calle, en ese momento la banda ya no los acepta, ya no son de la banda, no son iguales, por tanto los vuelve una especie de enemigos”, y los rechaza.
Desafortunadamente estos adolescentes y jóvenes tampoco tienen a dónde ir. Perdieron a su familia tiempo atrás, muchos no son de la ciudad y dejaron sus lugares de origen y familias hace años; la gran mayoría solo conocen la calle y la banda así como la “mona” como su forma de vida, dijo Zaballa.
En este momento ya no son de la calle, tampoco de su familia, no tienen documentación y no tienen identidad legal y psicológica. Por ello no pueden conseguir trabajo ni asistir al colegio, es decir, sus posibilidades de desarrollo son prácticamente nulas, y a veces ni siquiera el gobierno quiere darles atención porque no se pueden medir ni evaluar bajo un parámetro tecnócrata o político de costo-beneficio.
Centro Acción  diseña y pone en operación modelos de intervención dirigidas  a  6 líneas de acción que coadyuven al mejoramiento integral de personas en situaciones vulnerables o en situaciones de riesgo, buscando un equilibrio biopsicosocial. Busca impactar a los jóvenes que se encuentran en una etapa donde se consolidan las conductas saludables o destructivas que formarán al individuo. El resultado de esta conformación incide directamente en el diseño de políticas públicas para la prevención de la violencia y la delincuencia.

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