Pulso al consumo de drogas en el suroccidente americano

marzo 23, 2015

Cali, sede del II Diálogo sobre la política de drogas, que realizan Gobierno nacional, Unodc y FIP.

 

Fuente original: eltiempo.com |  20/03/2015

 

El llanto de la sicóloga Nelly Fajardo, de la ONG Gestar Futuro de Nariño, al relatar su impotencia para tratar a bebés de cinco, 10, 15 y 31 días de nacidos, con síndrome de abstinencia, rompió la formalidad entre el auditorio, al menos cien líderes de ocho departamentos que llegaron a Cali para participar del ‘II Diálogo sobre Política de Drogas’, un debate regional en el cual el Gobierno nacional busca tomarle el pulso al consumo de alucinógenos para su construcción.

“Me preocupa estos bebés de madres consumidoras de marihuana, basuco y bóxer, su llanto permanente, su dolor y que el sistema de salud, desde el primer al tercer nivel, no esté preparado para el manejo de estos casos. Para el sistema son solo niños y pare de contar, y qué pasa con sus madres, qué pasa con estas familias”, dijo conmovida la profesional, que está segura que a pesar de los esfuerzos, la falta de conocimiento no alivia el dolor para estos bebés que empezaron a llegar a final de año cuando el Icbf les remitió a sus madres, muy jóvenes, cuando aún estaban embarazadas.

Ella reclama la humanización en la nueva política de drogas que se propone el Gobierno nacional. “Suena feo, pero hay que tener en cuenta que este es un problema de salud pública y lo que encontramos es que el sistema de salud se convirtió en un negocio y se olvidó del ser humano”.

Y asegura Diego Arteaga, del Colectivo Intygrillos de Sibundoy, en el Alto Putumayo, que es lo que le hace falta a las buenas iniciativas institucionales.

El vocero de la ONG, que trabaja con jóvenes en proceso de consumo con alternativas lúdicas, recreativas y de emprendimiento, siente que en el Putumayo, divido en tres regiones y con una alta cuota de sacrificio en la erradicación de cultivos ilícitos desde hace más de dos décadas, continúa padeciendo por ese mal que acecha a la juventud.

“En el departamento se sigue sacando coca en menor proporción y paradójicamente ahora llega del centro del país, Nariño y la zona de frontera, y esto afecta a la juventud que de alguna manera se ve involucrada en las violencias que se generan alrededor de ese negocio.
Los grupos ilegales ejercen presión para que hagan parte de la cadena ya sea en los cultivos, la distribución y el mismo consumo”, dijo Arteaga.

Entre tanto, Rebeca Parra, de Consolidación Territorial en Caquetá, dijo que el fantasma de los cultivos ilícitos los acosan y convierten a muchos de sus vecinos en ‘mulas’ que terminan en la cárcel, pero su voz se elevó para pedir que se blinde a los más pequeños.

“Preocupa que los niños menores de 14 años son inducidos para probar esas drogas y experimentando se quedan y ahí es donde tenemos problemas”, dijo la líder, quien dijo que a la veredas más alejadas llegan para ofrecerles a los niños y adolescentes y es necesario que el Estado llegue con alternativas para que padres y niños encuentren una salida.

Para Julio Martínez, secretario de Gobierno de Amazonas, en esa esquina de Colombia se requieren esfuerzos internacionales, pues de lo contrario será muy difícil controlar esa problemática.

“La presencia de la fuerza pública y las autoridades ha sido determinante en el tema de cultivos en Amazonas, pero ese triángulo fronterizo tiene influencia de tres países. Ahora lo hacen indígenas peruanos la cultivan, los colombianos se encargan de su distribución y son los dueños del negocio, mientras el río Amazonas abre paso a este problema a través de Brasil para llegar a Europa”, explicó.

Javier Flores, director Nacional de Políticas contra la Droga del ministerio de Justicia, precisó que es necesario considerar las bondades de esta estrategia de llegar a las regiones para conocer en terreno la realidad que vive la comunidad.

“Colombia quiere y está liderando a nivel internacional una profunda revisión de la política de drogas, lo hace porque tiene la autoridad y la legitimidad para decir que lo que hemos venido haciendo no es suficiente, que lo podemos hacer mucho mejor, que lo que se hace puede superar el problema parcialmente, pero esta problemática con las drogas sigue presente”, dijo el funcionario.

En escenarios internacionales se reconoce la disminución en más de 120.000 hectáreas, en una década, de los cultivos ilícitos, en cómo se desvertebró los principales carteles de narcotráfico, con unos costos inmensos, no solo económicas sino en vidas humanas, y aún así el problema persiste, agregó Flores, quien agradeció a expertos y líderes comunitarios y sociales atender la invitación para conocer esa realidad en sus zonas.

“En Colombia se pasó la línea delgada que nos separaba de ser un país productor a uno consumidor. Las drogas naturales son un problema, pero el verdadero desafío son las drogas sintéticas y en eso debemos trabajar”, concluyó.

Aseguró que el problema ha sobrepasado esa barrera y los desafíos son extremadamente altos por eso la necesidad de escuchar las alternativas desde todas las regiones.
Este jueves continuará la segunda sesión de la jornada, que contará con invitados internacionales como Ricardo Soberón, experto en políticas de drogas.

Valle, quinto en consumo
Fernando Gutiérrez, secretario de Salud, lamentó que en el Valle la prevalencia de consumo de sustancias ilícitas vayan en aumento. “En la última encuesta el Valle incrementa la prevalencia en el consumo de marihuana por encima del indicador nacional, lo mismo que el consumo de cocaína, basuco y otras drogas ilícitas”, dijo el funcionario, quien recordó que se viene trazando una política para enfrentar esta problemática en el Valle.
Pidió tener en cuenta esta problemática desde el punto de vista de la psiquiatría y de toxicología, que además de darle una visión integral al problema permitiría avanzar en el desarrollo de proyectos. “Es necesario resaltar la relación entre el consumo y la enfermedad mental”, finalizó.

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