Los niños pueden convertirse en fumadores pasivos

diciembre 20, 2016
El humo de tercer tipo es el que afecta más a la población infantil pues queda impregnado en la ropa de quien fuma, en las alfombras, en las paredes, en el ambiente y tarda seis meses en desaparecer 
Fuente: www.eluniversal.com
El tabaco se ha convertido en una de las grandes preocupaciones en materia de salud pública del siglo XXI. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud ﴾OMS﴿, al año mata a casi 6 millones de personas, de las cuales, más de 5 millones son consumidores directos y más de 600 mil son no fumadores expuestos al humo ajeno.
Sobre esta cifra, se sabe que casi el 80% de los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios, donde es mayor la carga de morbilidad y mortalidad asociada al tabaco.
Sumado a ello, la OMS indica que en algunos países los niños de los hogares pobres trabajan con frecuencia en el cultivo de tabaco para aumentar los ingresos familiares y son especialmente vulnerables a la enfermedad del tabaco verde, producido por la nicotina que absorbe la piel cuando se manipulan hojas de tabaco húmedas. Sin embargo, no son los únicos perjudicados, pues los niños que viven en familias de padres fumadores también están expuestos a los efectos del cigarrillo, reportó El Tiempo de Colombia.
En el humo del cigarrillo hay aproximadamente 7 mil productos químicos conocidos, de los cuales se sabe que, como mínimo, 250 son nocivos ﴾gases volátiles﴿, y 120 son cancerígenos para el ser humano. Además, este humo en espacios cerrados es inhalado por todos, por lo tanto, fumadores como no fumadores quedan expuestos a sus efectos nocivos y esto incluye a los niños.
Según la OMS, aproximadamente 700 millones de niños, es decir, casi la mitad de los niños del mundo, respiran aire contaminado por humo de tabaco y más del 40% de los niños tienen al menos un progenitor fumador.
Algunas de las consecuencias de este hábito tabáquico son las siguientes: ­
– El humo del cigarrillo es responsable de producir el síndrome de muerte súbita en el lactante, a causa de una madre fumadora, y de bajo peso al nacer en el feto. ­
– Según la Organización Sanitas de España, “después del nacimiento los riesgos que el hábito de fumar de los padres les confiere se refieren de forma particular al sistema respiratorio: pueden tardar más en desarrollar la función pulmonar, tienen más posibilidades de sufrir infecciones respiratorias, el riesgo de padecer asma y episodios de exacerbación se incrementa significativamente, y son mayores las posibilidades de que sean alérgicos”. ­
– Si la madre del niño es fumadora, la nicotina pasa al niño a través de la leche materna. ­
– Los hijos de padres fumadores tienen más posibilidades de llegar a ser fumadores activos. De hecho, cada vez se adelanta más la edad de inicio en el hábito de fumar y en estos casos el tabaco tiene unos efectos muy concretos.
Tarda seis meses en desaparecer
Existen tres tipos de humo: el primero es el que consume directamente quien fuma; el segundo, el que inhala la persona que se encuentra alrededor; y el tercero –el que más afecta a la población infantil– es el humo de tercera mano.
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