¿QUÉ EFECTOS TIENE EL TABACO EN LA PIEL?

Fuente: www.elcorreo.com. MIGUEL AIZPÚN.

El humo genera radicales libres que dañan las membranas de
las células

El tabaquismo es un hábito tóxico, es decir, una costumbre nociva que
genera enfermedad. Es una conducta adictiva, en la que la persona pierde
el control de su consumo. Para la medicina es una enfermedad crónica que
es causa de numerosas enfermedades, de la mala evolución de otras y
causante de una gran mortalidad.
La piel humana está expuesta a los efectos del humo del tabaco de una
forma directa, por contacto del humo ambiental con la piel, e indirecta,
por la llegada vía sanguínea de las sustancias tóxicas procedentes del
humo del tabaco inhalado.
El humo del tabaco genera una gran cantidad de radicales libres,
elementos químicos que dañan las membranas de las células, llegando a
destruir y mutar su información genética, afectando también a las
arteriolas de dermis y epidermis donde producen ‘disfunción endotelial’,
rompiendo las fibras elásticas que soportan la piel y le confieren su
resistencia.
El humo del tabaco disminuye la oxigenación de los tejidos y, por tanto,
de la piel.
El British Medical Journal publicó en 1985 un estudio del doctor Douglas
Model en el que se revelaba que la mayoría de los fumadores con más de
diez años de hábito podían ser identificados a través del examen facial. De
esta forma, la ‘cara del fumador’ vino a definirse por una serie de rasgos
característicos, tales como arrugas muy marcadas que contribuían a
presentar un aspecto envejecido, una piel de apariencia atrofiada,
semblante demacrado y manchas cutáneas de color púrpura.
Resulta evidente que el tabaco es un enemigo declarado de la piel y, por
ello, de la estética. El atractivo que nos vendían aquellas películas del

lejano Oeste y de los sagaces detectives de los filmes policíacos venía a
ser, en la realidad, tan falso como los grandes decorados de cartón piedra.
El tabaco lesiona la piel de todo el cuerpo, siendo esto más manifiesto en
la cara, porque se suman los efectos de los rayos ultravioletas del sol. El
envejecimiento prematuro en la piel acusa más en las mujeres, debido a
las características de su piel, que suele ser más delicada que la de los
hombres.
Los dermatólogos estamos obligados a divulgar estos impactos negativos
del tabaquismo en el ámbito de nuestra especialidad. Sobre todo, porque
sabemos que existe un segmento de fumadores para quienes la
preocupación cosmética actúa incluso más eficazmente que mensajes tan
terribles y, no obstante, tan verdaderos, como «el tabaco mata» y
similares.
Sin embargo, esta labor divulgativa nunca debe estar presidida por la
intransigencia y la estigmatización de los fumadores.
El único consejo que le daría a un fumador para que logre dejar el vicio
sería que lo principal es querer hacerlo, tener clara la decisión de dejar el
tabaco. Porque abandonar este hábito es todo un proceso, en el que lo que
más cuenta es la voluntad y la motivación para dejar de fumar.

 

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