Cómo la adicción pasa factura a las familias: por qué el alcohol puede ser la droga más peligrosa.

Fuente: infosalus.com.

¿La adicción puede considerarse una enfermedad? La que se conoce formalmente con el nombre de trastorno por uso de sustancias, no solo se considera una enfermedad, sino que la Asociación Médica Estadounidense la clasifica oficialmente como una enfermedad desde 1987.

«Algunos también dicen que no es una enfermedad en términos de cómo tradicionalmente vemos las enfermedades, sino más bien como un trastorno del cerebro», afirma en una entrevista con Infosalus Blake E. Cohen, psicólogo norteamericano experto en tratamientos de abusos de sustancias.

En su opinión, la forma más sencilla de explicar el modelo de la enfermedad es que si una persona usa sustancias repetidamente, la química de su cerebro se altera en respuesta a las mismas

«Por lo tanto, como resultado de estos cambios, el cerebro altera sus necesidades en términos de prioridad para la supervivencia y mueve esas sustancias al frente de la línea ‘necesito esto para vivir’. Eso es lo que hace que las personas se comporten fuera de su norma para buscar, procurarse y consumir sustancias una vez que se vuelven adictas», mantiene con motivo de la publicación de ‘Yo te quiero más. La adicción desde la perspectiva de la familia’ (Yonki Books), en el que trata estos asuntos.

Adictos a estas principales sustancias

Con ello, preguntamos a este experto sobre cuáles son las principales sustancias que generan adicciones y sostiene que todo depende del lugar en el que viva la persona, de cuál sea su situación económica, así como de las personas que tenga en su vida.

En Estados Unidos, de donde es oriundo, dice que se enfrentan a una horrenda crisis de opiáceos en la que diariamente pierden a más de 200 personas al día por sobredosis accidentales. «Pero también estamos viendo picos masivos en el uso de la cocaína, en el uso de las metanfetaminas, y en el de las drogas de estudio y/o fiesta. Sin embargo, debo decir que la sustancia principal que la gente usa y a la que tiene mayor acceso en todo el mundo es el alcoholEl alcohol puede ser el más peligroso«, advierte.

El problema en muchas ocasiones del consumo de drogas es que se desconoce su repercusión sobre nuestro estado de salud. Preguntado por este asunto, Blake E. Cohen mantiene que cada droga afecta a nuestro organismo de una manera o de otra, si bien remarca que el uso habitual de estas, en general, afecta a nuestras vidas en tres áreas: nuestra salud física, nuestro bienestar mental, y nuestra capacidad para conectarnos espiritualmente entre nosotros y el mundo que nos rodea.

Cuándo alguien puede considerarse que es adicto

Por otro lado, ¿cuándo plantearse que una persona es adicta?¿Cuáles son los síntomas? Este psicólogo experto en el tratamiento de las adicciones a sustancias resalta que no hay una respuesta fácil a esta pregunta porque los trastornos por uso de sustancias adoptan muchas formas.

«La adicción no se ve en blanco y en negro, la tengas o no. En cambio, la adicción, y su gravedad varían en un espectro de leve a grave. Cuanto más abajo en el espectro se encuentra una persona, más síntomas (o consecuencias) experimenta debido a su consumo de sustancias«, advierte.

Con ello, subraya Cohen que algunos de los síntomas incluyen: aumento de la tolerancia, síntomas de abstinencia física y mental, pérdida de relaciones, pasar más y más tiempo asegurando y usando la sustancia, y experimentando poderosos pensamientos de consumo (antojos) sobre la obtención y el uso de sustancias.

Cómo afecta al día a día y a las familias

En el día a día, este especialista lamenta que los trastornos por uso de sustancias pueden consumir todo en la vida de una persona: «Una persona con un trastorno grave por consumo de sustancias significa que piensa en las sustancias desde el momento en el que se despierta hasta el momento en el que se acuesta por la noche«.

De hecho, destaca que la sustancia tiene prioridad sobre cualquier cosa y cualquier persona en la vida de esa persona. «Los trastornos por uso de sustancias son verdaderamente progresivos en el sentido de que empeoran cada vez más con el tiempo. El uso de sustancias puede comenzar de manera inocente pero, eventualmente, pueden convertirse en algo que afecta a su vida personal, a su vida amorosa, a su vida laboral, a su salud mental y, a menudo, incluso amenaza su vida», recalca este profesional.

En cuanto a las familias, dice que muchas personas no se dan cuenta de cuánto afecta la adicción a la familia hasta que la han experimentado ellos mismos. «Al igual que un trastorno por uso de sustancias lo consume todo, las familias a menudo se consumen demasiado con la idea de preocuparse, o de tratar de solucionar la adicción de su ser querido», lamenta.

Como resultado, considera que las familias de adictos terminan experimentando rupturas en el sistema familiar, una disminución de la estabilidad mental, pérdidas de productividad y de creatividad, e incluso reportan sentimientos de extrema desesperanza. «Es importante señalar, también, que hay esperanza tanto para los adictos como para sus familias, siempre y cuando ambas partes se esfuercen por sanar. La adicción afecta a toda la familia, pero también la recuperación de esa adicción», insiste este experto en el tratamiento de adicción a sustancias.

¿Hay tratamiento para todos los casos?

Cree firmemente que hay tratamiento para todos los casos, aunque reconoce que todos son únicos y también lo son los problemas a los que se enfrentan, pero, si se abordan esos problemas individuales, cree que cualquiera puede encontrar la recuperación de un trastorno por uso de sustancias. En su opinión, el tratamiento de los trastornos por consumo de sustancias no debe consistir únicamente en tratar el consumo de sustancias en sí, sino más bien en tratar los problemas subyacentes que perpetúan el consumo de sustancias. «Una vez más, siempre hay esperanza», remarca Blake E.Cohen.

A la hora de convencer a una persona adicta de que tiene un problema de salud importante y debe ponerse en manos de un especialista, este especialista mantiene que, primero, se debe identificar qué es importante para la persona que está enferma: «A menudo, la respuesta a esa pregunta es la familia. Al hacer que la familia se reúna, guiada por un profesional o por su cuenta, y enfrente la enfermedad de su ser querido, esa persona puede motivarse entonces para comenzar a buscar la ayuda profesional que necesita».

Por otro lado, considera que la triste verdad es que no todas las familias pueden ayudar a sus seres queridos a darse cuenta de esto: «A veces, la persona tiene que darse cuenta de esto por sí misma o en respuesta a sufrir graves consecuencias físicas o legales. Sin embargo, lo que siempre les digo a las familias es que deben asegurarse de que se están ayudando a sí mismos si alguna vez desean ayudar a su ser querido. Las familias nunca deben avergonzarse de verse afectadas por la adicción y siempre deben buscar apoyo en cualquier forma para ayudarlos a superar esos momentos difíciles».

‘Yo te quiero más. La adicción desde la perspectiva de la familia’ (Yonki Books) es un manual con el que este autor pretende aportar a las familias un enfoque distinto, y donde combina experiencias personales y laborales para combatir la estigmatización que rodea a las drogodependencias y sensibilizar a quienes desconocen el problema.

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