LA PRIMERA GUÍA DE PATOLOGÍA DUAL RESUELVE DUDAS EN EL TRATAMIENTO

Pese a que no hay razones epidemiológicas que lo justifiquen, hasta ahora no existía en el mundo una guía de práctica clínica sobre patología dual.

Fuente: NAIARA BROCAL CARRASCO Correo Farmacéutico

Así lo explica a CF Luis San, director de Salud Mental del Parque Sanitario San Juan de Dios, en Cataluña, que ha liderado y coordinado el primer documento de este tipo que ha sido publicado por GuíaSalud, el organismo dependiente del Sistema Nacional de Salud.

La guía, en la que han participado sociedades científicas y entidades implicadas en la enfermedad,  aborda el tratamiento de esta patología “en la que concurren un diagnóstico psiquiátrico y un consumo de sustancias, que es a su vez otro trastorno mental”, señala San. En concreto, apunta el experto, se estima que el 60 por ciento de los pacientes con enfermedades mentales presentan un uso considerado patoló- gico de sustancias y, a su vez, este mismo porcentaje de personas con toxicomanías tendría un trastorno mental añadido.
CADA VEZ MÁS FRECUENTE
“La patología dual es cada vez más frecuente, implica una dificultad para el diagnóstico y, como hemos comprobado en la elaboración de la guía, en la elección de la terapia”, destaca el experto. Precisamente, este incremento de pacientes complejos e hiperfrecuentadores habría motivado a los autores a acometer la guía.
El documento establece recomendaciones terapéuticas fundamentalmente para cinco diagnósticos psiquiátricos (depresión, ansiedad, trastorno bipolar, trastorno por déficit de atención e hiperactividad -TDAH- y esquizofrenia) y cuatro sustancias (alcohol, cannabis, cocaína o nicotina). Esta selección se fundamentó en criterios de prevalencia y gravedad. “Por ejemplo, no incluimos los opiáceos porque es raro en estos pacientes”.
De esta forma, se pretende mejorar la atención a su especificidad. “Hay fármacos que es preferible no utilizar, aunque no hay contraindicaciones absolutas en ninguna patología al no haber un nivel de evidencias suficiente”, expone la autora Belén Arranz, coordinadora del Centro de Salud Mental de Adultos en Cornellá (Barcelona).
Así, en el caso de la esquizofrenia, Arranz aclara que el tratamiento de elección serían los antipsicóticos atípicos sobre los de primera generación, mientras que en depresión con consumo de alcohol, los datos que existen sugieren que los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina no serían tan eficaces como los tricíclicos.
La cesación tabáquica también implica ciertas peculiaridades en patología dual. En pacientes con trastorno bipolar, apunta San, el fármaco ideal sería la vareniclina y no la terapia sustitutiva de nicotina (TSN), ya que ante las mayores dificultades para que estos pacientes abandonen el consumo de tabaco, existe un mayor riesgo de intoxicación por nicotina.
BUPROPIÓN EN TABAQUISMO
Más curioso sería el caso del antidepresivo bupropión, que desde hace años se utiliza contra el tabaquismo, y que sin embargo no estaría recomendado en pacientes con depresión. Según comenta San, son varios estudios los que muestran que en estos pacientes no mejoraría ni la depresión ni la dependencia.
“Un reto muy importante en la mejora de los tratamientos es la polimedicación”, observa Arranz. La complejidad del abordaje conduce a un mayor uso de tratamientos combinados de psicofármacos, no siempre con un aval de eficacia, y que implican más efectos secundarios, advierte.
Tampoco ayuda el que estos pacientes sean atendidos “por dos redes independientes”, una para el abordaje del trastorno mental y otra para drogodependencias, lamenta Ruth Cunill, también firmante y psiquiatra de la Unidad de Agudos de Numancia, en Barcelona. Aunque entiende que existe “un amplio consenso sobre la necesidad de integrar” esta atención y de incrementar la colaboración entre dispositivos y los equipos implicados.
FALTA DE RECURSOS
Con todo, serían necesarios más recursos para atender a estos pacientes, tal como refleja una encuesta a más de 650 profesionales cuyos resultados se publicaban en 2015 en el Libro Blanco de Recursos para Pacientes con Patología Dual en España, de la SEPD y el Ministerio de Sanidad.
El número de afectados así lo justificaría. Cunill expone los resultados de estudios recientes que muestran que un 60 por ciento de pacientes ambulatorios tendría patología dual. Otro trabajo reveló que un 60 por ciento de pacientes con dependencia a la cocaína presentan otro trastorno mental (sobre todo TDAH y depresión) y hasta un 80 por ciento de los pacientes con un trastorno bipolar tendrían un trastorno por uso de sustancias.  

 

Pragmatismo.

La guía sobre patología dual, realizada por especialistas españoles y coordinada por Luis San, del Parque Sanitario San Juan de Dios, en Cataluña, contiene ocho algoritmos con los que se busca responder rápidamente a dudas de la práctica clínica como qué antidepresivo prescribir a un paciente que quiere dejar de fumar. “La patología dual es la realidad clínica de muchos de nuestros pacientes, a los que no identificamos correctamente ni tratamos adecuadamente”, explica la autora Belén Arranz, coordinadora del Centro de Salud Mental de Adultos de Cornellá (Barcelona). En este sentido, San agrega que la guía aborda el tratamiento pero no el diagnóstico “porque consideramos que es el terreno en el que había más dudas”.

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